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El viaje de la mascarilla

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Tratamiento de desechos

Aquí está de nuevo.

 

 

¡Que no acabe en el mar!

Se te escapó...

Importación en España

Tal y como dice el profesor de la Universidad de Málaga Juan Manuel Paz García en su texto de The Conversation: "en España existen cerca de 200 vertederos controlados entre los que acogen residuos sólidos urbanos, peligrosos e inertes. Hay también alrededor de 1.500 vertederos ilegales. Sin embargo, solamente hay 11 incineradoras de residuos urbanos y solo una de residuos especiales". Lo más grave de este asunto es que muchos de los vertederos ya han alcanzado su capacidad máxima o están a punto de hacerlo.

Falta de espacio

La aparición de material sanitario en todos los hogares, como son las mascarillas, ha provocado que, tal y como dice el profesor Paz García: "Cada hogar, residencia o negocio se ha convertido en un pequeño hospital, donde se genera diariamente una importante cantidad de estos residuos no reciclables, que deberían ser tratados como material sanitario". Cuando estas mascarillas de uso diario se desechan en el contenedor de resto van a parar al vertedero y eso, a la larga, llega a ser un problema ya que estas no son tratadas como material sanitario y a su vez ocupan un espacio del que no se dispone.

La incineración no es la solución

Una ordenanza estatal creada en marzo de 2020 añade algunas instrucciones sobre la gestión de los residuos sanitarios y recomienda la incineración de estos. A la problemática que existe sobre la falta de incineradores en España se le suma la nocividad de estos para el medioambiente. Eliminar los residuos con estas prácticas provoca la emisión de gases como dioxinas y furanos que son contaminantes. Además, la práctica de la incineración puede provocar, según Paz García, que se "desincentive el reciclaje o la obtención de energía por fuentes renovables". Por tanto, incinerar las mascarillas no es viable hasta que se consiga hacerlo de manera segura para el medioambiente.

La llegada de un nuevo residuo

El otro gran problema

En 2020 los océanos recibieron 1.560 millones de mascarillas, lo que supone una contaminación extra de más de 5.000 toneladas adicionales de plástico, según las palabras de la organización OceansAsia que aparecen en El Confidencial. Los elementos que componen estas mascarillas tardarán 450 años en descomponerse afectando así a los ecosistemas. Según OceansAsia, "la contaminación por plástico mata cada año a unos 100.000 mamíferos marinos y tortugas, a más de un millón de aves marinas y a un número aún mayor de peces e invertebrados. Afecta negativamente a la pesca y a la industria turística y le cuesta a la economía mundial unos 13.000 millones de dólares (casi 11.000 millones de euros)".